- ¿Ridículo? Defíname "ridículo", doctor.... Ridículo es pensar que la medicina moderna no puede sacar a un hombre de un coma pero se permite el lujo de diagnosticarme lo que ha pasado dentro de mi cabeza en todo este tiempo.
- No le quito parte de razón pero Robert, cálmese un momento y piense: Ha estado usted cuatro años en coma, y me está diciendo poco menos que en ese tiempo ha vivido, de alguna forma, ¡de la edad media en adelante!.
- Yo no he dicho eso, por favor preste atención. Le repito que no sé cómo definirlo, yo no diría que he vivido, sino que he estado entrando y saliendo de mi estado de inconsciencia durante todo este tiempo y que, cuando despertaba, me encontraba atrapado en un lugar que no sé definir, y siempre por breves espacios de duración. No sé como sucedía y tampoco sabía cómo controlarlo, simplemente... ocurría.
- ¿No recuerda cómo llegaba hasta allí en cada momento? ¿No se mezclan esos "recuerdos" con otros del hospital, de los cuidadores, de su familia visitándolo?
-No, no recuerdo haber percibido nada del "exterior", si se queda más tranquilo poniendo ese límite. En realidad era como despertar caminando entre brumas, en un aire muy espeso que me rodeaba y me asfixiaba... Y casi siempre había otra persona entre la niebla, y mi afán era alcanzarla pero no podía, nunca podía, sólo conseguía acercarme a unos metros de distancia, y luego terminaba diluyéndose y me dejaba de nuevo solo en la oscuridad. Con cierta frecuencia veía a la misma persona, luego cambiaba, y por las ropas podía adivinar la época en la que me encontraba. No lo puedo explicar ni recordar mejor, y de hecho a cada día que pasa siento que olvido un poco más lo que me ocurría. Pero eran personas de verdad, podía sentirlo.
- ¿No trató de ponerse en comunicación con ninguna de esas personas?
- De hecho lo intenté al principio pero era inútil, parecíamos estar en dimensiones diferentes, doctor, como si yo fuera a una velocidad y ellos a otra mucho más lenta, como ver un fotograma tras otro cada minuto. Una vez, sin embargo, sucedió algo curioso y creo que por eso mismo me acuerdo. Apareció una chica con un cartel en las manos. El cartel decía "Ana" y se veía como escrito al revés. Pero cuando quise decirle mi nombre, Robert Trebor, volvió a espesarse la niebla.
- Robert, le concedo que para la medicina moderna sigue siendo un misterio lo que ocurre en la mente de una persona en el estado en que usted ha vivido estos años, pero existen muchos casos certificados de, por ejemplo, daños en el lóbulo temporal, que producen alucinaciones y llegan a...
-¿Una misma alucinación repetitiva?
- En cualquier caso, usted ha estado las veinticuatro horas monitorizado, le garantizo que no se ha movido de aquí, y su actividad cerebral era prácticamente nula, solo tiene que mirar las gráficas y comprobará que...
- Doctor, no quiero ser grosero, de veras le estoy muy agradecido a usted y a todo el personal por todo este tiempo que me han cuidado pero no tengo la necesidad de seguir explicándome. Sé que para usted todo esto ha sido un delirio de mi mente durante el coma, y puede que tenga razón... Pero tengo la seguridad de que, de alguna manera, era real. Porque la realidad sólo la conocemos por nuestros sentidos, doctor, no tenemos ninguna otra certeza, si lo piensa. Quizás en este mismo momento, qué coño, estamos usted y yo en el sueño dentro del coma de otra persona o, quién sabe, en el desvarío de algún dios borracho que se cayó del Olimpo.
- Robert ...
- Seguiré viniendo a la rehabilitación, no sufra. Ahora, si es tan amable, me gustaría irme. No le extrañe verme por la televisión, pienso demostrar mi historia y la mejor manera será contarlo y tratar de encontrar a alguna de las personas que, estoy convencido, se encontraban conmigo de alguna manera durante mi... No, no lo pienso llamar sueño.
- No haga eso, le tacharán de iluminado, se reirán de usted...
Pero Robert ya no le escuchaba, salía en aquel momento del despacho, impulsando con decisión la silla de ruedas con furiosos movimientos de las manos. El doctor suspiró y se echó atrás en la silla, pinzándose el puente de la nariz con el índice y el pulgar.
- Disculpe, doctor Isasi ¿ha visto a la doctora Sarah O'Haras? -preguntó un enfermero asomándose a la puerta -La necesitamos en urgencias. Acaba de entrar una chica con cortes graves en un pie, dice que se lo hizo al romper un espejo.
Dramatis Personae: | Ana | anA | Robert Trebor | roberT treboR | Isasi | isasI | Sarah O'Haras | sarah'O haraS |